Psicólogo con +15 años de experiencia clínica y organizacional.

Emprendedor en tecnología.

Coach formado en "Erickson Coaching International", una escuela de Coaching líder a nivel global para empresas FORTUNE 500.

Padre de Mateo, uno de los motivos más importantes para agradecer cada día de mi vida.

​Esposo de Andrea, la mujer que amo y con quién he compartido cada paso de esta gran y desafiante aventura: Construir la vida que queremos juntos.

¿Por qué cree "alanbrein"?

EN corto:

Porque me apasiona

Nunca me deja de maravillar que en algo tan cotidiano como una conversación exista el inmenso poder de cambiar la vida y el futuro de una persona.

En "Mediano"

Porque quiero ser para otros esa persona que busqué

Cree "alanbrein" porque en uno de los momentos más críticos de mi vida, habría dado todo por encontrar a alguien que me mostrara que mis metas y sueños no solo eran absolutamente alcanzables si hacía un trabajo de desarrollo personal serio, sostenido y consistente...

..sino también absolutamente indispensables para encontrar plenitud genuina y sustentable en la vida.

Alguien que me escuchara con atención y me hiciera preguntas difíciles para ayudarme a construir un plan de acción que tuviera sentido para mí y que, por más desafiante que pareciera, me empujara a hacer cambios concretos sin importar tanto lo que otros pudieran pensar de mí.

Alguien que no solo tuviera convicción en mí y en mis capacidades para transformar mi vida, sino además verdadera pasión por ayudarme.

Cree "alanbrein" porque quiero ser para otros esa persona que busqué y en la cuál, después de mucho trabajo, me convertí.

En LARGO:

Por mi historia de vida

Algo que puede ayudar entender por qué elegí convertirme en uno de los mejores Psicólogos/Coaches que puedas llegar a conocer en tu vida.

Te invito a conocerla más abajo. Te advierto que es larga, pero comprenderás mucho mejor como llegué a todo esto.

La búsqueda de una vida extraordinaria

Reflexionar y tratar de comprender "porqué las personas hacen lo que hacen" siempre me apasionó.

Basta con revisar y mirar algunas cosas de las que pasan día a día en tu casa, lugar de trabajo, ciudad, país o el mundo para sorprenderte con hechos reales que superan por lejos cualquier ficción.

El ser humano es sencillamente asombroso.

Esta pasión me llevó a estudiar la ciencia detrás del comportamiento humano, la psicología.

Pero si bien "estudiarla" realmente me fascinó, "ejercerla" en el mundo real no me gustó nada mucho al principio. No sé, a mis 24 o 25 años me imaginaba que el resto de mi vida fuera solo estar sentado hablando de tantas cosas que yo aún no había vivido.

En el año 2010, a 2 años de salido de la universidad y derechamente con una crisis vocacional en curso, tuve la inmensa suerte de dar con una incipiente especialidad de la psicología llamada "Psicología de la emergencia".

Algo que sonaba más "adrenalínico" y que ciertamente me parecía más interesante.

2010 en Chile... el año en que hubo un terremoto de magnitud 8,8 en Febrero, un rescate histórico de 33 mineros atrapados a 700 mts bajo tierra en Agosto y un incendio horroroso que dejó 81 fallecidos en una prisión, la cárcel de San Miguel, en Diciembre.

En una cadena de eventos que hasta el día de hoy recuerdo con inmenso orgullo terminé brindando apoyo psicológico en cada uno de esos eventos. Y jamás me imaginé que a partir de ese año, y por lo próximos 10 años, la emergencia sería a el centro de mi vida personal y profesional.

En esos 10 años, el curso natural de mi trabajo me llevó a liderar la Sociedad Chilena de Psicología en Emergencias y Desastres (SOCHPED) en los cargos de presidente y vicepresidente por casi 5 años, ganar el premio del colegio de psicólogos a la especialidad (Ir a la nota) y organizar el "IV Congreso Internacional y V Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Psicología en emergencias y desastres" (Memorias del congreso).

Por otros 5 años fui voluntario en la 14º compañía del cuerpo de bomberos de Santiago, dedicada a la extinción de incendios y el rescate técnico pesado (The british and commonwealth fire and rescue company "J.A.S Jackson"). Haciendo guardias nocturnas, pasando navidades, vacaciones y años nuevos en el cuartel.

Profesionalmente trabajé en la prevención, respuesta y recuperación de situaciones de crisis para empresas públicas y privadas, tanto en el rol de empleado como de consultor independiente (RCML).

En esos 10 años me tocó prácticamente de todo... desde el fallecimiento de colaboradores en el lugar de trabajo o el entrenamiento a personal de LATAM AIRLINES en aeropuertos de todo el mundo, hasta la formación de equipos nacionales de respuesta rápida frente a emergencias epidemiológicas del MINSAL (ERR-MINSAL), uno de los proyectos más gratificantes que he realizado. Especialmente cuando les tocó responder frente al COVID.

Con el paso del tiempo terminé fundando mi propia empresa: "STAY", inicialmente dedicada a la consultoría en proyectos de salud mental en emergencias para los rubros de salud, minería y transporte. Posteriormente, y justamente en época de COVID, hicimos una apuesta importante con STAY por transformarnos en una empresa de tecnología, nos habíamos adjudicado un fondo CORFO para desarrollar un software que facilitara la gestión de la salud mental de los colaboradores en las empresas.

Pero este último proyecto fue el que "irónicamente" terminó siendo la gota que rebalsó el vaso...

El origen:

rescate "33 mineros"

Premio colegio de psicólogos

La "14"

La importancia de las preguntas difíciles

Liderar STAY se tornó cada vez más desafiante, costoso y desgastante...

Meterse en el negocio de las "Mental health tech" era una apuesta osada, pero que sonaba particularmente prometedora en el contexto de la pandemia.

Pero emprender es de esas cosas que, independiente del resultado del negocio, suelen dejar cicatrices de guerra y lecciones de por vida.

Corría el año 2020...un estallido social, 2 años de pandemia y la llegada de un primer hijo en medio de cuarentenas, vacunas e incertidumbre. Los resultados de Stay no acompañaban y a esta altura, mi calidad de vida estaba lejos de lo que aspiraba.

Sin darme cuenta una rutina absolutamente insostenible se había ido instalando en mi día a día.

Fue en este contexto donde todo empezó a cambiar...

Poco a poco, y mientras trataba de equilibrar mi vida personal y laboral, fue emergiendo algo profundo en mí, algo que se iba robando mi atención, cada día un poco más. Algo que en alguna medida me venía acompañado desde ya varios años, pero que ahora se manifestaba con total y absoluta claridad:

Dudas.

Pero no cualquier tipo de dudas. Dudas importantes.

"¿Realmente es este el ritmo de vida que quiero?"

"¿Realmente me proyecto así por los próximos 10 años?"

"¿Es este el padre que quiero ser para mi hijo?"

"¿Es este el compañero que quiero ser para mi pareja?"

"¿Realmente encontraré ese tiempo que siempre he dicho que quiero tener para hacer deporte?

En el transcurso de esta crisis todo lo que parecía certeza empezó a transformarse en cuestionamiento.

El futuro que yo había siempre imaginado se había ido transformando en algo con poco o nada de sentido.

En su momento todo fue bastante caótico la verdad... dudas, llantos de un hermoso, pequeño y demandante Mateo, cuarentenas, infinitos mensajes y correos de trabajo...

Pero ahora que puedo mirarlo con distancia y perspectiva, toda esta crisis fue indispensable para poder reflexionar seriamente sobre mi vida y llegar a donde estoy hoy.

En ese entonces, si bien día a día tenía mil cosas por hacer y me sentía constantemente ocupado, la verdad es que no tenía un norte real, una visión clara para mi vida, un sueño apasionante y genuino por el cuál trabajar.

Simplemente pensaba que era una buena oportunidad de negocio.

No sentía ese entusiasmo, esa vitalidad que depara un futuro fascinante: Un verdadero proyecto de vida que alineara mis intereses, pasiones, fortalezas y experiencias en una única dirección.

Tenía simplemente un "trabajo", no una "carrera", menos aún una "misión" profesional.

Creía incluso que esas cosas podían ser un poco fantasiosas, que nadie en verdad vivía así. Tan "extraordinariamente".

Después aprendí que eso era una "creencia limitante" mía. Trampas que todos tenemos producto de nuestra historia.

Ideas que simplemente damos por ciertas e incuestionables y que tienen impacto directo en nuestras decisiones. Ideas que hemos incorporado a lo largo de nuestra vida y que se han transformado en creencias que derechamente nos limitan a la vida que queremos.

Un verdadero proyecto de vida que alineara mis intereses, pasiones, fortalezas y experiencias en una única dirección era total y absolutamente posible. Hoy lo estoy viviendo.

Siempre tuve algunas prioridades bien claras, como la familia, una ética de trabajo, la amistad o la honestidad, que si bien son cosas importantes, no eran necesariamente mis propios valores "formalmente" definidos y declarados.

Aquellos principios fundamentales que hoy me permiten destinar y priorizar mi tiempo a las cosas que realmente me importan, honrando quien soy y que quiero.

Por ejemplo: "Tiempo de calidad con mi familia, cada día"

Piénsalo :¿Cuántas personas se toman el tiempo y el trabajo realmente de hacer esas definiciones? ¿Tú lo has hecho? ¿Cuántas personas trabajan a diario por encarnar y representar esos valores? Eso no se enseña en muchas partes.

Habiendo trabajado en organizaciones, pero principalmente como independiente, había desarrollado mis propios sistemas y métodos de productividad. A nadie le sobra el tiempo y muchos queremos (o sentimos que tenemos que hacer) más cosas de las que caben en 24 horas.

Así descubrí que lo que me faltaba era Foco:

Claridad absoluta para priorizar los planes de acción que realmente me acercarán a mis objetivos y disciplina marcial para llevarlos a cabo, independiente de los temores, dudas pasajeras, "urgencias irrelevantes" o distracciones que puedan aparecer.

Y, por último, definitivamente no tenía hábitos saludables.

El agotamiento y el cansancio eran compañeros habituales. Las excusas para alimentarme mal, dormir poco o no hacer deporte eran totalmente "justificadas" en mi lógica, convencido de que trabajar era "lo más importante" y que de alguna forma tarde o temprano eso simplemente cambiaría.

La realidad fue que eso no cambió hasta que decidí conscientemente hacerme cargo, desarrollar rutinas y practicar rituales personales de bienestar que mantengo hasta hoy.

En resumen, una vez que entendí que esa no era la vida que quería para mí tuve que salir a buscar mis respuestas y mis herramientas para poder hacerme cargo de construir la vida que si quería.

La crisis y la "reinvención":

Carta adjudicación corfo

Equipo stay desarrollando el software

Primeras nociones de "alanbrein"

Hacer cambios personales no es fácil. Existen muchas formas de hacerlo, una idea popular por ejemplo es "irse de viaje".

Definitivamente hay viajes que cambian la vida, pero en términos profesionales hay 2 disciplinas a las que se suele recurrir para conseguir un cambio: la psicología y el coaching.

Mi madre es psicóloga clínica, mi padre si bien se dedica a otra cosa, se formó como Coach a sus 55 años. El desarrollo personal y la introspección siempre estuvieron (y aún se mantienen) en mi casa y en mi vida.

Yo estudié piscología y en distintos momentos, y por distintos motivos y periodos, he ido al psicólogo.

Cada vez que hacía un proceso me sentía comprendido, las preocupaciones que me afligían parecían tener un sentido con mi historia de vida, progresivamente sentía mayor consciencia y autoconocimiento, lo cual me permitía tomar decisiones más conectadas conmigo.

Y todo esto resultaba tremendamente enriquecedor, indudablemente crecía mucho, pero en última instancia siempre había algo que me faltaba...

Los motivos por los cuáles llegaba al psicólogo en vez de resolverse parecía que se iban transformando... en cosas más complejas, en ideas más profundas y en procesos más largos, que nunca llegaba a algo muy concreto, práctico ni claro...

El autoconocimiento en parte es así, es extensible todo el tiempo que uno quiera seguirse conociendo y pensando.

Así me di cuenta que yo también buscaba "soluciones" y "herramientas" más que exclusiva reflexión y autoconocimiento.

El suegro de uno de mis hermanos había dedicado su vida al Coaching y en su momento me puso en contacto con un Coach que pensó que podía ayudarme. Era Coach y además mentor de negocios, 2 roles que muchas veces se confunden y entremezclan, pero que él tenía claramente identificados y separados.

Ese Coach fue el primero en mostrarme en la primera sesión más "verdades" de las que yo había sido capaz de sincerar en mucho tiempo.

Y si bien pareció brutal y abrumador en un principio, también fue liberador...

Había un camino real y claro en el cuál trabajar.

Esa experiencia, junto con el proceso que realizamos, fue un gran motivador de mi formación como Coach.

De alguna manera, mi decisión de formarme como Coach fue reencontrarme con esa pasión por la psicología cuando la estudié, pero ahora con una mirada que me hacía mucho más sentido para ejercerla. Y ciertamente con mucho más experiencia.

Escoger una escuela para formarse fue un desafío más grande de los esperado. La palabra "Coaching" vende mucho y promete mucho, por lo que la proliferación de escuelas y certificaciones abundan, incluso programas que duran 1 mes o menos.

Aprender en un mes a cambiar la vida de las personas suena por lo bajo "desafiante". La formación de Coaches es toda una industria, pero pregúntate cuántos de ellos terminan trabajando realmente como Coaches.

El Coaching profesional era definitivamente lo que estaba buscando.

Mi formación duró 2 años, fue 100% en inglés y en un medio donde el Coaching como herramienta de desarrollo personal está absolutamente validado y demandado: "Erickson Coaching International", una escuela con más de 40 años de trayectoria global.

Las grandes corporaciones tienen Coaches internos o "in house", las grandes corporaciones envían a sus líderes no a "hacerse un coaching" sino a "formarse" como Coach, para desarrollar herramientas genuinas y profundas para cambiar y liderar de mejor formas a sus personas y equipos.

Pero si bien la formación como Coach profesional da un marco tremendamente útil, potente y práctico para gestionar procesos de cambio del comportamiento, no pocas veces puede quedar "corto" para visualizar dinámicas y patrones psicológicos a veces más complejos que suelen obstaculizar el progreso o la sustentabilidad del cambio.

Aquí es donde la mezcla de ambas (Psicología y Coaching) me ofrecieron lo mejor de los 2 mundos para comprender y gestionar procesos efectivos de cambio de vida.

La Psicología y el Coaching​​

Mi historia se trata de la crisis que me hizo darme cuenta de lo confunido y distraído que estaba con respecto a cómo quería vivir mi vida, la armonía que tuve que aprender a encontrar para visualizar con absoluta claridad la "dirección correcta" y el compromiso con la excelencia personal que he mantenido desde entonces para convertirme en mi mejor versión, aquella que me permite ser consciente de disfrutar y agradecer cada día de mi vida mientras construyo la vida que realmente quiero.

Hoy ayudar a otras personas a cambiar y crear futuros extraordinarios es una misión de vida.

Por eso me hice Coach.

Transformarme en esa persona que hubiera querido encontrar cuando más la necesité ha sido mi propio viaje de crecimiento personal y es el origen desde el cuál nace todo el Sistema "1-LIFE", mi creación personal como profesional del comportamiento humano y emprendedor para aportar lo más posible a este mundo.

Gracias a todo lo que he vivido y aprendido tengo hoy la fortuna de tener una carrera profesional que me apasiona, una familia que amo, un futuro que me entusiasma, energía para trabajar todos los días por mis sueños y el mayor privilegio del mundo: ser muy consciente del tiempo que tengo y de las cosas en las que realmente disfruto invertirlo.

Lo mismo y mucho más es exactamente lo que deseo para cada una de las personas con las que tengo el honor de trabajar.

Con el tiempo me he dado cuenta además que muchas más personas de las que imaginaba, incluso aquellas que yo creía que tenían "la vida resuelta", en distintos momentos de su vida y por los más diversos motivos, al igual que yo, pueden enfrentar y/o querer conquistar estos desafíos.

Toda persona que lo haya conseguido, sabe que cambiar de manera significativa y sustentable es posible, pero definitivamente "fácil" no es.

A cualquiera que lo quiera, lo invito a sumarse a este apasionante viaje de conocerse y crecer continuamente para vivir cosas que en algún momento parecieron realmente imposibles.

Esta es mi historia

¡recibido!